Antes de
comenzar, desde que la lluvia cae
me siento
libre, no pidas palabras de compasión.
El aliento
no existe en mi piel,
lloré la
locura del después.
Lejos de mi
vida, el ajedrez se desplomó,
ahora el
blanco y negro
se volvió de
color.
A prueba de
esas palabras
que sin saber
juzgan
volvieron a
herir,
hablar con
las las mentiras.
No existe el
camino del llanto
duele y se
olvida,
se arrancarán
de la memoria,
se olvidará
la historia.
Llegará ese día
en el cual
volveré la
mirada y veré
la caída de tus retos
conseguidos
con las trampas
de tu juego.
Palabras
necias convencidas.
Y sentiré
que cada cual tiene el lugar
merecido,
con el tiempo prolongado.
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