No hace falta que ocultes la mirada
la luna que brillaba ante nosotros
se fue volando dándonos la espalda.
Se escapó el amor, en el aire,
me gustaría rozar de nuevo tu boca,
pintarte con las yemas de mis dedos
el cuerpo.
Desnudar con la similitud
de comenzar de nuevo
el juego de pasiones
suspiros como el rugir de un motor.
Perdida, fugitiva, quiero las caricias
de tus labios, quiero recordar el amor,
aquel que esfumó por la ventana.
Fundiéndome en un eterno beso,
rozando tus labios con los míos
parando el tiempo en ese momento.
Una noche cualquiera,
meditando miles de momentos,
nervios sin calma,
deslizando la ida en un espacio.
El pasado de un descuido,
en el amor que no existían lazos.
Nunca fuí la sensación en primer lugar,
desgasto mi pluma tatuando las letras,
borrando las huellas del pasado.
Aquella fue la última noche
de sonrisas, de momentos malgastados.
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