Cálida como la esperanza
de sentir alegría y sonrisas.
de sentir alegría y sonrisas.
En tu vida, aparece sin necesitarla,
disfrazada de sintonía armonizada.
En el mejor instrumento,
cautiva y engañosa, aparece a veces
en el desconsuelo.
Fría y amarga, cuando la recibes
sin necesitarla, oculta y cruel
amparando la desgracia.
Sonrisas y lágrimas sin sentido
a un padecer, invasión a la vida.
A tu vida, acariciándola desde lo más frío de un atardecer.
Carencia de sentir, de vivir, cuando
tan instigadora se aloja en ti,
sin dormir, como las más bellas flores
se van marchitando, sientes el giro de la distancia.
Intentando apartarla, alejarla de ti.
Mil caras y mil razones
oculta en sí, incertidumbre de analizarla,
inquietud de supervivir.
Colocada en una vitrina de cristal envejecido,
la dejas apartada, en un simple predecir,
distanciada de todo, no la quieres sentir.
Camina por tu sendero, entre sombras ocultas,
colocada al acecho, en distancia hacia ti.
rodeada de sensaciones.
Sumerge sus ramas
como un árbol envejecido en la tierra,
crea raíces en el entorno, descontrol, angustia,
dolor y frío a tu alrededor.
Incesante, insistente, sientes que no
puedes apartarla, que no puedes sentir,
alejarla de todo, de tu todo,
es la tarea más difícil de conseguir.
Con tus valores, tus propósitos,
sin dejarte influir por ella.
Admiras tu tolerancia, dándole la esquina,
ignorándola, sin sentir su desgracia,
pasas la página y la dejas sin desconsuelo,
en un apartado minúsculo, de ella.
Sigues tu camino, sin haberla conocido,
enterrándola en el olvido,
y pudiendo proseguir el tuyo....
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