Comenzaba la mañana, pretendía surgir de nuevo entre las grandes palabras hipócritas de los grandes momentos, la rabia me consume, odiándote, siento ganas de llamarte y mandarte donde no existe camino, porque nunca has conocido los valores, impresentable ante las miradas de las más acojonadas lágrimas, te interrogas que haces en la vida, impresionar con la máscara de la realidad.
Ellas, yo y todas las que miraron de lado, dejando la luz apagada, del miedo que has sembrado alrededor de la incertidumbre, del miedo a las palabras reales, todas surmejimos las lágrimas, tragamos saliva, para olvidar esos malos momentos.
Te irás y no quedará nada, nadie te esperará porque no has sentido, porque el egoísmo se apoderó del camino de no hacer nada, de mentiras sobre tu vida de la que no existe nada, solo tú.
Quedan las buenas vivencias que he podido adquirir, las que importan de verdad, hace unos días paseando por el Barrio Gótico de Barcelona, sentada en una terraza, apartada de la multitud, se acercaban unos pasos que vagaban por las calles, pidiendo una sonrisa a cambio de nada, comprando con una moneda uno de mis cigarrillos, sin saber decir un no por respuesta, regalé ese cigarrillo.
Era una excusa para sentirse escuchado, acabo cantándome una canción y prediciendo mi futuro, me hizo sonreír, él a mi, quizás mañana en esta vida que da tantas vueltas, yo esté en esa parte del camino, donde me gustaría que alguien se parara cinco minutos para hacerme sonreír, aunque yo crea que todo este perdido, quizás me recuerde, o no, pero la sensación de haber dado cinco de esos minutos a volar la imaginación de alguien que seguramente apenas dormirá, me hace sentirme plena, nada por nada, esa es la vida, el camino, a veces largo otras corto, donde los acontecimientos van invadiéndolo, con sentimientos muchos.
Recordé que eres como esa fría escalera que permanece como un témpano, que no sientes, que te mueves por propósitos y calculando cada paso que das, que mantienes enredando a la deriva.
Recordé que no hay que recordarte, que nunca podrás adquirir los conocimientos de los que sienten de verdad, que no hay que odiarte, sino ignorarte, acabarás ese largo camino que has emprendido como lo comenzaste, desnudo, sin nada y sólo.
Mírate en el Espejo
Ahora
vemos por espejo, oscuramente, mas entonces veremos cara a cara. Ahora
conozco en parte, pero entonces conoceré como fui conocido. San Pablo
Corto e intenso. Peldaño a peldaño, que no nos falten nunca argumentos para esgrimir una sonrisa como la mejor arma contra la soledad, la incomprensión y la falta de estima; ni una canción para espantar todos los males y afrontar el día a día con esperanzas renovadas de vivirlo, porque será único, como cada segundo, habrá otros, pero este momento que te dedico a tí jamás se lo podré dedicar a ningún/a otro/a. Tuya es la sonrisa, la canción de los dos. Besos.
ResponderEliminargracias por tu comentario Galeón, por estas bellas letras. un beso.
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