Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
© 2012. Esencia de Háfida., © Mar Galván,
Precioso Mar.
ResponderEliminarSi anidan los sueños en las ramas de tu árbol,
guarda mujer un sitio entre el follaje,
no me importa convertirme en cuco
y alimentarme de tu hambre.
Gracias, Galeon, por pasearte por mi pequeño rincón y dejarme un comentario tan bonito. Mar
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