Era la mañana aquella ventana estaba vacía, solo quedaban dos gotas
balanceandose por ella, jugando a ser una, recorriendo el cristal como
si fuera la piel.
Vacilaba tendida entre esencias, las sedas transparentes la cubrían abrigando su piel. Recorrido sinuoso en el sentido de la noche.
Eran las arenas finas sometidas en el claro y preciso momento de aquella lejanía invitada, de los cuentos embrujados, de momentos donde su mirada recorrerá aquel abismo donde el aire se respiraba lentamente, compás en armonía, notas, en blanco y negro formando una cadena en ese pentagrama, esa melodía que la envolvía, en pasado y presente.
Eran los pasos descalzos deleiteandose en el paisaje, silencio, la existencia de la mejor soledad.
Eran los labios recorriendo ese paisaje imaginando su piel en la madrugada, despertando, llenando el cielo encerrandose en ella, navegando a la deriva como un barco sin destino.
Eran sus manos enlazadas en el pliegue de la meditación, anocheciendo, regresando a los vientos que la alocaban.
El rincón imaginario de la imaginación, la brisa de la estela, aromas, tenuidad en escena.
Eran, las noches imaginadas, cada nota de esa canción, esos labios impregnadote en tu imaginación.
Era pensar, latir, olvidando....
Vacilaba tendida entre esencias, las sedas transparentes la cubrían abrigando su piel. Recorrido sinuoso en el sentido de la noche.
Eran las arenas finas sometidas en el claro y preciso momento de aquella lejanía invitada, de los cuentos embrujados, de momentos donde su mirada recorrerá aquel abismo donde el aire se respiraba lentamente, compás en armonía, notas, en blanco y negro formando una cadena en ese pentagrama, esa melodía que la envolvía, en pasado y presente.
Eran los pasos descalzos deleiteandose en el paisaje, silencio, la existencia de la mejor soledad.
Eran los labios recorriendo ese paisaje imaginando su piel en la madrugada, despertando, llenando el cielo encerrandose en ella, navegando a la deriva como un barco sin destino.
Eran sus manos enlazadas en el pliegue de la meditación, anocheciendo, regresando a los vientos que la alocaban.
El rincón imaginario de la imaginación, la brisa de la estela, aromas, tenuidad en escena.
Eran, las noches imaginadas, cada nota de esa canción, esos labios impregnadote en tu imaginación.
Era pensar, latir, olvidando....
Sintiendo, contando sin contar, los momentos, sin predecir...
Improvisados.
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