http://www.montblancmedieval.cat/es/quefer/festesifires/setmanamedieval
Cuenta nuestra leyenda
que San Jorge al dragón mató
para liberar a una princesa
y al pueblo que esclavizó
Allí donde moría, nacía
un rosal lleno de rosas, que como de rojo sangre son.
Cuentan que en tiempos de antaño
En muchos lugares reinaba el dragón
Aunque hoy lo sigue aun haciendo
porque existen muchos pueblos
oprimidos por el feroz dragón
que se esconden bajo disfraces de ovejas y corderos.
¿Donde están ahora los caballeros san jorges?
Que vengan con sus caballos,
que eliminen los dragones de la pobreza y de la opresión
Que liberen a los niños esclavos
Que esparzan por doquier de la tierra
libertad, justicia, amor y paz.
Hoy la rosa de sangre, en flor
Con vosotros la quiero compartir
en memoria de aquel día
en que nuestro pueblo encontró la libertad.
Anna Rufié
Cuenta nuestra leyenda
que San Jorge al dragón mató
para liberar a una princesa
y al pueblo que esclavizó
Allí donde moría, nacía
un rosal lleno de rosas, que como de rojo sangre son.
Cuentan que en tiempos de antaño
En muchos lugares reinaba el dragón
Aunque hoy lo sigue aun haciendo
porque existen muchos pueblos
oprimidos por el feroz dragón
que se esconden bajo disfraces de ovejas y corderos.
¿Donde están ahora los caballeros san jorges?
Que vengan con sus caballos,
que eliminen los dragones de la pobreza y de la opresión
Que liberen a los niños esclavos
Que esparzan por doquier de la tierra
libertad, justicia, amor y paz.
Hoy la rosa de sangre, en flor
Con vosotros la quiero compartir
en memoria de aquel día
en que nuestro pueblo encontró la libertad.
Anna Rufié
Según la tradición popular, Sant Jorge era un militar romano nacido en
el siglo III en la Capadocia (Turquía).
El santo, que servía bajo las
órdenes del emperador Diocleciano, se negó a ejecutar un edicto del
emperador que le obligaba a perseguir a los cristianos y por esta razón
fue martirizado y decapitado por sus coetáneos.
Muy pronto se empezó a
venerar como santo en la zona oriental del Imperio Romano y enseguida
aparecieron historias fantásticas ligadas a su figura.
La gesta de Sant Jorge y el dragón se hizo popular en toda Europa
hacia el siglo IX bajo el nombre de "Leyenda áurea" y fue recogida por
el arzobispo de Génova, Iacopo da Varazze, más conocido como Iacobus de
Voragine, en 1264, en el libro 'Legenda sanctorum'.
En esta versión, sin
embargo, la acción transcurría en Libia.
La versión de la leyenda más popular en Cataluña explica que en
Montblanc (Conca de Barberà) vivía un dragón terrible que causaba
estragos entre la población y el ganado.
Para apaciguarlo, se
sacrificaba al monstruo una persona escogida por sorteo.
Un día la
suerte señaló a la hija del rey, que habría muerto de no ser por la
aparición de un bello caballero con armadura que se enfrentó al dragón y
lo mató.
La tradición añade que de la sangre derramada nació un rosal
de flores rojas.
Sant Jordi en Cataluña
Gaspar Homar i Mesquida (1870-1953) Cabezal de cama modernista. Foto: AISA
Difícil de entender para quien no lo ha vivido nunca, la fiesta
de Sant Jordi es una jornada festiva y popular en que las paradas de
libros, las rosas y especialmente ríos de gente, toman las calles de
todas las localidades catalanas.
La celebración no puede ser más
sencilla: el ritual consiste en pasear, comprar una rosa, un libro o las
dos cosas, para regalar a las personas queridas, familiares y amigos.
Aunque no es festivo, Sant Jordi y el paseo obligatorio llenan las
calles y plazas convirtiendo la jornada en una singular fiesta nacional
que se celebra en un día laborable.
El origen de esta fiesta tan singular la encontramos en una
mezcla de tradiciones y costumbres de épocas diferentes. Coincide el
hecho de que Sant Jordi sea el patrón de Cataluña (de forma oficial
desde el año 1456, aunque se le veneraba desde el siglo VIII), con la
costumbre, también medieval, de celebrar una feria de rosas o "de los
enamorados" en el Palacio de la Generalitat.
A estas celebraciones más tradicionales se le añadió el Día del
Libro, instaurado en España en 1926.
La celebración literaria acabó
haciendo una mezcolanza con las tradiciones catalanas creando una
jornada de gran aceptación ciudadana.
Libros y rosas
Parada de venta de rosas. Foto: Xavier Subias/AGE
Es muy difícil establecer una fecha concreta que marque el inicio
de la esta tradición popular de regalar rosas el día de Sant Jordi.
Debe ser muy antigua, ya que se tiene constancia de la celebración de la
Feria de rosas de Sant Jordi desde el siglo XV.
Esta misma antigüedad
busca una relación entre la tradición popular y la el simbolismo del
amor cortés que representa la rosa, aunque la costumbre de regalar
flores existe desde antes del Cristianismo y los romanos celebraban
alrededor del mes de mayo una fiesta floral dedicada a la diosa Flora.
La fiesta que ahora conocemos tiene su origen en la época de la
Diputación del general y está ligada a la nobleza y los estamentos
dirigentes que el día de Sant Jordi celebraban una misa en la capilla
del Palacio de la Generalitat, donde también se hacía la citada Feria de
rosas.
Aunque la fiesta actual mantiene estas dos tradiciones
medievales: regalar la rosa y visitar la capilla de Sant Jordi, la
fiesta ha ido incorporando más elementos y, sobre todo, se tiene que
convertir en una extraordinaria expresión de cultura popular.
Día del libro
Parada de venta de libros. Foto: Peter Holmes/AGE
El Día del Libro es bastante más reciente. Según algunas fuentes,
se celebró por primera vez el 7 de octubre de 1926. La idea original
fue del escritor valenciano afincado en Barcelona Vicent Clavel Andrés,
que lo propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona.
Poco después,
en 1930, se cambió la fecha al 23 de abril, para conmemorar que ese
mismo día pero del año 1616, aunque según diferentes calendarios,
murieron los escritores Miguel de Cervantes y William Shakespeare. El 23
de abril también nacieron, o murieron, escritores reconocidos como
Josep Pla (1981), Maurice Druon (1918), K. Laxness 1902), Vladimir
Nabokov (1899) o Manuel Mejía Vallejo (1923).
La fiesta, que coincidía con Sant Jordi, se instauró en Catalunya
al confundirse con la festividad de la Diada, mientras que casi
desapareció en el resto del Estado, donde dejó de celebrarse en muchos
lugares o bien se mantuvo de manera residual.
Por Sant Jordi se vende un porcentaje muy apreciable de la
producción literaria anual, hecho que aprovechan las editoriales para
presentar las últimas novedades, especialmente las escritas en catalán.
El 15 de noviembre de 1995, en una conferencia general que tuvo
lugar en París, la fiesta del 23 de abril dedicada a la literatura fue
declarada por la UNESCO Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor.
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