Media
noche pasada,
la cenicienta se convierte en calabaza,
descalza y cansada,
de la andadura de todo el día,
de la andadura de todo el día,
sedienta de soñar con alegrías sin miedos,
otorgados
aunque solo sea una noche
dormir en paz sin ser prisionera..
por los
pensamientos de su incertidumbre,
de su vida, arropados a la misma almohada,
sintiéndose desvanecida en cada lágrima...,
descansar sin pensar, sin soñar,
sin
padecer el miedo de el nuevo día
al amanecer,
al amanecer,
cerrar los ojos imaginando aquel
sonido
de un viejo piano sonando de fondo a lo lejos...
el mar sorteando el
oleaje, silencio, paz, sosiego....
El cansancio no deja soñar.
ResponderEliminarGRACIAS KENIT
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